Redacción IWomen
Toda emoción necesita ser valorada y aceptada. No nos gustan las negativas, pero cuando aparecen durante las crisis, esconden la llave para poder superar la situación.
Las siguientes situaciones esconden la llave que nos permite crecer emocionalmente:
El pasado como aprendizaje
Las crisis no son situaciones únicas que vivimos en nuestra vida. Tienen ciertas similitudes con las anteriores y siempre vivimos diferentes etapas de cambio. De esas etapas pasadas podemos obtener aprendizajes que nos ayuden en estos momentos. Una de esas enseñanzas es que todo acaba pasando.
Asumir y soltar
Nos resistimos a las crisis porque no dejamos atrás lo que realmente ya hemos perdido. No queremos soltarlo cuando ya físicamente ha dejado de existir. Permanecer ahí aferrados no nos ayuda ni nos produce ningún bien. Movilizar todos nuestros recursos emocionales para aceptarlos es imprescindible.
Tristeza
La tristeza es una de las emociones negativas que más rechazamos. Creemos que nos va a bloquear y que nos quedaremos sumidos en la depresión de por vida. Sin embargo, como cada emoción, busca establecer una estructura en nuestra vida, en este caso el desarrollo. Vivir los cambios con rabia o frustración solo nos impiden el avance.
Miedo
¿Qué es lo que nos produce miedo de la nueva situación? Tal vez nos dé miedo la pérdida o las situaciones nuevas. Encontrar la raíz de nuestro miedo puede hacer que la trabajemos y podamos llegar a esa evolución emocional.
Las situaciones nuevas, tanto si son de crisis como si no, siempre nos van a demandar que dejemos atrás esquemas emocionales rígidos y fluyamos en el cambio. Cómo humanos no nos gusta, necesitamos la tranquilidad de lo conocido, pero dicho cambio es inevitable y debemos utilizar nuestros recursos para aceptarlo y transitar por él.