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Redacción IWomen 

Todos contamos con recursos para mantener la actitud positiva en las personas que nos rodean y en consecuencia gestionar las emociones ajenas.

Se trata de aplicar estrategias que se aplican con inteligencia y contagian emocionalmente. Cada uno de nosotros forma parte del equipo emocional con el que cuentan los demás y, en consecuencia, nos podemos sentir influenciados por sus estados de ánimo.

Esto nos brinda una poderosa herramienta contra las emociones tóxicas . Los sentimientos positivos que experimentamos hacia una determi­nada persona o empresa dependen en gran medida del modo en que nos ha­cen sentir en momentos claves.

La sonrisa es la más contagiosa de las señales emocionales y tiene un poder casi irresistible para despertar la sonrisa de los demás, el sólo hecho de sonreír alienta los sentimientos positivos.

Los mismos mecanismos neurales de la empatía que permiten la sintonización emocional con los demás son los que facilitan el camino para el contagio emocional.

Éste es, a fin de cuentas, el sistema que ponen en funciona­miento las personas expertas en el arte de influir en los demás. La esencia de la comunicación elocuente, apasionada y animosa parece involucrar el uso de expresiones faciales, voces, gestos y movimientos corporales para transmitir emociones.

gestionar emociones ajenas

La habilidad social de movilizar adecuadamente las emociones de los demás necesita de varias competencias:

  •  Influencia: Esgrimir tácticas eficaces de persuasión
  • Comunicación: Enviar mensajes claros y convincentes
  • Gestión de los conflictos: Negociar y resolver los desacuerdos
  • Liderazgo: Inspirar y orientar
  • Catalizadores de cambio: Iniciar, promover o controlar los cambios

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