Redacción IWomen
El estrés parece haberse convertido en una compañía constante en nuestras vidas. Las demandas del trabajo, las responsabilidades familiares o las presiones sociales, nos hacen enfrentar una amplia gama de desafíos que pueden generar tensiones emocionales y físicas. Sin embargo, quiero que sepas que aprender a gestionar el estrés es fundamental para preservar tu salud y bienestar en medio de este frenesí cotidiano.
El primer paso para gestionar el estrés es reconocer cuándo estamos experimentándolo. Los síntomas pueden manifestarse de diversas maneras, incluyendo cambios en el estado de ánimo, problemas para dormir, dolores de cabeza, tensión muscular y dificultades para concentrarse. ¿Has sentido alguno de estos síntomas? Si prestas atención a estas señales, podrás intervenir a tiempo y abordar el estrés antes de que se convierta en un problema grave.
Una de las acciones que me ha permitido estabilizarme fue aprender a establecer límites saludables y priorizar mis responsabilidades. Esto me ha llevado a aprender a decir “no” a solicitudes adicionales, delegar tareas cuando es necesario y dedicar tiempo regularmente a actividades que me traen alegría y relajación. Sé que no es sencillo, y será un proceso que avanzará si tú te lo propones.
También, ten en cuenta que la conexión entre la mente y el cuerpo es innegable, y cuidar nuestra salud física puede tener un impacto significativo en nuestra capacidad para manejar el estrés. Por eso es necesario priorizar una alimentación equilibrada, hacer ejercicio regularmente y asegurar un sueño reparador, todo esto puede ayudarte a fortalecer tu resiliencia al estrés. A mí me ha servido, por ejemplo, hacer ejercicio todos los días, es parte de mi rutina diaria y lo que me mantiene con energía.
Cultivar el apoyo social
En varios de mis artículos te he mencionado lo importante que es contar con una red de apoyo sólida que pueda ser un salvavidas en momentos de estrés, porque compartir nuestras preocupaciones con amigos, familiares o colegas de confianza puede proporcionarte perspectivas frescas, consejos útiles y, lo más importante, un sentido de conexión y pertenencia que te ayude a atravesar tiempos difíciles.
Además, cuando nos enfrentamos al estrés, a menudo somos nuestros críticos más duros, así que yo te invito a cultivar la autocompasión y tratarnos a nosotros mismos con amabilidad y comprensión en lugar de autocrítica y juicio. Reconocer que el estrés es una parte natural de la vida humana y aprender a perdonarnos a nosotros mismos por nuestras imperfecciones puede ayudarnos a manejar los desafíos con mayor calma y aceptación.
En algunos casos, el estrés puede volverse abrumador y difícil de manejar por nosotros mismos. En estos momentos, buscar ayuda profesional de un terapeuta, consejero o médico puede ser una opción beneficiosa. Estos profesionales pueden proporcionar estrategias adicionales de afrontamiento, apoyo emocional y, si es necesario, recomendaciones de tratamiento específicas para abordar el estrés crónico o severo.