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Redacción IWomen 

Nuestra obsesión por la superación personal nos hace sentir miserables y sentir que no somos lo suficientemente buenos.

Una consecuencia de la obsesión cultural por la superación personal es la hiperfijación en uno mismo. Desde elaborados regímenes de cuidado de la piel hasta la eliminación de amigos “tóxicos” de tu círculo social.

Sin embargo, colectivamente hemos corregido excesivamente cuando se trata del impulso de autocorregirnos. Cuando siempre hay un nuevo ideal por alcanzar, un nuevo ejercicio que probar, un nuevo proyecto de renovación del hogar, una nueva forma de piratear las funciones corporales, puede resultar difícil sentirse adecuado y suficiente. 

Factores socioeconómicos, raciales y de salud muy reales también afectan la capacidad de una persona para sentirse realizada. Cuando una sociedad margina a las personas en función de sus ingresos, antecedentes o capacidades, es extremadamente fácil sentir que no estamos a la altura.

Independientemente de tus circunstancias financieras, situación de vida o salud física y mental, las funciones psicológicas ineludibles nos motivan a esforzarnos por lograr más. 

Si se llevan demasiado lejos, estas respuestas convincentes también pueden conducir a un consumo excesivo. El aluvión del marketing moderno y las comparaciones impulsadas por las redes sociales solo fomentan el deseo de, bueno, desear. No hay nada malo en querer mejorar tu vida, pero hay maneras de contrarrestar las innumerables presiones (tanto internas como externas) que te instan a gastar, trabajar o mejorar para alcanzar tu máximo potencial.

Muchos expertos e investigadores sugieren expresar gratitud y aprecio por lo que ya tenemos es una práctica saludable. Tomarnos unos minutos durante la cena o antes de acostarnos para compartir o escribir un diario sobre aquello por lo que estamos agradecidos nos recuerda todas las formas en que somos suficientes, en lugar de cómo no estamos a la altura.

Teniendo en cuenta cómo funcionan la habituación y la comparación (y cómo la cultura del consumo intensifica esas experiencias), no sorprende lo difícil que es sentirse satisfecho. Nos sería útil encontrar el equilibrio entre aprecio y aspiración.

Recuerda que eres lo suficientemente bueno.

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