El estrés es cualquier fuerza, presión o tensión ejercida sobre el cuerpo y la reacción del cuerpo ante ella. Debido a que vivimos y trabajamos en un entorno en constante cambio, todos experimentamos estrés hasta cierto punto.
Hay formas positivas y negativas de afrontar el estrés. Cuando se maneja adecuadamente, el estrés puede ayudarte a lograr tus objetivos y mejorar la calidad de tu vida. Si no se maneja adecuadamente, el estrés puede provocar fatiga excesiva, irritabilidad, ira, depresión y enfermedades.
Algunas estrategias saludables para afrontar el estrés son:
- Hacer ejercicio
- Dedicar tiempo a pasatiempos y al cuidado personal.
- Practicar técnicas de relajación profunda.
- Balance entre la vida laboral y familiar.
- Usar habilidades de gestión del tiempo.
Algunas estrategias saludables para afrontar el estrés son:
- Dificultad para comunicarse
- Abusar de alcohol o drogas.
- Fumar
- Comer en exceso
- Gasto excesivo
- Procrastinar
En lugar de aliviar el estrés, las estrategias de afrontamiento poco saludables a menudo contribuyen a niveles más altos. Esto se debe a que un comportamiento poco saludable puede complicar aún más tu vida y generar más estrés.
No todo el estrés tiene un efecto negativo en el organismo. Al reconocer tu reacción emocional y fisiológica al estrés, puedes comenzar a cambiar tu comportamiento.
Para comenzar a modificar tu reacción al estrés:
- Elimina factores estresantes innecesarios. Hay muchos elementos estresantes que puedes eliminar de tu vida. Por ejemplo, limita el acceso a las noticias diarias, aléjate de una relación estresante o deja de emprender nuevos proyectos por un tiempo.
- Cambia tu reacción. Es imposible evitar todos los eventos y situaciones estresantes. Sin embargo, puedes cambiar tu reacción ante elementos tan estresantes.
- Practica habilidades de afrontamiento saludables que funcionen para ti. Revisa la lista de estrategias de afrontamiento saludables y elige una que creas que puede funcionar para ti.
Otras técnicas que puedes utilizar para controlar el estrés
- Evalúa tu dieta y practica una buena nutrición.
- Haz ejercicio regularmente.
- Establece un patrón de sueño regular y duerma lo suficiente.
- Limita el consumo de cafeína.
- Limita el consumo de alcohol.
- Deja de fumar.
- Habla con tu médico para abordar y resolver cualquier problema de salud.
Cuando el estrés conduce a la ira
A veces, el estrés excesivo o mal gestionado puede provocar ira. Si bien es natural e incluso saludable sentirse enojada, es importante aprender la forma adecuada de afrontarlo. Para controlar tu ira:
- Practica respiración profunda y otras técnicas de relajación.
- Si sientes que eres capaz de hacerlo, habla sobre la situación con calma. Cuida tu tono de voz, lenguaje corporal y expresiones faciales. Aprende cuándo parar. Está bien aceptar o no estar de acuerdo.
- Si está enojada, abandona la situación antes de adoptar un comportamiento inapropiado, como gritar, maldecir o violencia.
- Deja el trabajo en el trabajo. No te lleves tus problemas a casa. Corres el riesgo de descargar tu enojo con los demás.
- Busca asesoramiento si necesitas algún consejo sobre cómo gestionar mejor la ira.