Descripción
Descripción general del libro
Inicié esta narración con un popular refrán que todos hemos escuchado y repetido en algún momento: “Si la vida te da limones, aprende a hacer limonada”.
En la conclusión de esta auténtica narración, deseo plasmar una alegoría, subrayando la maravilla que es el fruto del limón. A pesar de su acidez que puede resultar intensa en nuestro paladar, el limón posee propiedades curativas excepcionales. No debemos permitir que su sabor nos desvíe, sino que debemos centrarnos en el resultado final, el objetivo que perseguimos… la sanación. En este lenguaje poético y evocador, el limón se convierte en un símbolo de la vida misma, a veces ácida, pero siempre con la capacidad de curar y renovar.
No siempre debemos descartar las circunstancias “amargas” o difíciles de digerir. Por el contrario, debemos plantearnos a nosotras mismas: ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo beneficiarme y “sanar” con lo que me ha sucedido y lo que ahora forma parte de mi vida?
Mi querida lectora, puedes darte cuenta, a través de estas líneas que, he conocido la oscuridad en múltiples ocasiones y, reconozco que me he dejado envolver por ella, olvidándome que era Luz, sin embargo, también soy consciente que esa luz nunca se extingue y que, el simple hecho de creer en mi capacidad BriYAr es suficiente para buscarla y reavivarla.
Hoy, te invito a despertar, a dar ese salto cuántico y a BriYAr como te mereces y te corresponde en este viaje de vida que has elegido vivir. Recuerda, no importa cuántas veces te encuentres en la oscuridad, siempre tienes la capacidad de brillar.
La esencia de la vida no se limita a la mera existencia o a los eventos que experimentamos. Va más allá, se trata de cómo moldeamos y respondemos a las circunstancias que se nos presentan. En cada momento, en cada desafío, tenemos la oportunidad de dar forma a nuestra vida, de darle significado.
“La vida no es sólo lo que vives, sino lo que haces con las circunstancias que se te presentan.
Este es el verdadero arte de vivir.”
Isabel Restrepo
En la conclusión de esta auténtica narración, deseo plasmar una alegoría, subrayando la maravilla que es el fruto del limón. A pesar de su acidez que puede resultar intensa en nuestro paladar, el limón posee propiedades curativas excepcionales. No debemos permitir que su sabor nos desvíe, sino que debemos centrarnos en el resultado final, el objetivo que perseguimos… la sanación. En este lenguaje poético y evocador, el limón se convierte en un símbolo de la vida misma, a veces ácida, pero siempre con la capacidad de curar y renovar.
No siempre debemos descartar las circunstancias “amargas” o difíciles de digerir. Por el contrario, debemos plantearnos a nosotras mismas: ¿Qué puedo aprender de esto? ¿Cómo puedo beneficiarme y “sanar” con lo que me ha sucedido y lo que ahora forma parte de mi vida?
Mi querida lectora, puedes darte cuenta, a través de estas líneas que, he conocido la oscuridad en múltiples ocasiones y, reconozco que me he dejado envolver por ella, olvidándome que era Luz, sin embargo, también soy consciente que esa luz nunca se extingue y que, el simple hecho de creer en mi capacidad BriYAr es suficiente para buscarla y reavivarla.
Hoy, te invito a despertar, a dar ese salto cuántico y a BriYAr como te mereces y te corresponde en este viaje de vida que has elegido vivir. Recuerda, no importa cuántas veces te encuentres en la oscuridad, siempre tienes la capacidad de brillar.
La esencia de la vida no se limita a la mera existencia o a los eventos que experimentamos. Va más allá, se trata de cómo moldeamos y respondemos a las circunstancias que se nos presentan. En cada momento, en cada desafío, tenemos la oportunidad de dar forma a nuestra vida, de darle significado.
“La vida no es sólo lo que vives, sino lo que haces con las circunstancias que se te presentan.
Este es el verdadero arte de vivir.”
Isabel Restrepo
