Redacción IWomen
Quizá te ha pasado que has tenido un recuerdo toda la vida de que cuando eras pequeño te pasó tal cosa y un buen día, pasado el tiempo, en una conversación con un familiar u amigo, te das cuenta de que no era cierto, de que tu memoria quizá te había fallado.
El motivo de esto es que nuestra colección de archivos del pasado está llena de defectos. Y esto es una mala y una buena noticia al mismo tiempo.
Nuestra memoria no es tan fiable como nos imaginamos, posiblemente necesitemos revisar ciertas cosas que “recordamos” con datos, fotografías u opiniones de otros, aunque sean tan subjetivas como las nuestras.
La “buena noticia” es que si nuestra memoria es un tanto caprichosa eso significa que podemos adaptarla a entender la vida de un modo más amable. Podemos seguir mortificándonos con aquello que vivimos en nuestra infancia o bien, enmarcarlo en un contexto más favorable para nosotros.
En la medida que podamos reescribir nuestra memoria, podemos reescribir nuestra vida.