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Cuando dejas tu felicidad en manos de otra persona, acabarás dependiendo de ella y cuando te deje, te quedarás vacío por dentro. El propósito de tener una media naranja es que puedas compartir tu felicidad con ella. Se supone que no debes depender únicamente de ellos para hacerte feliz. En lugar de buscar la felicidad en otra parte, ¿por qué no empezamos todos a buscarla dentro de nosotros mismos?

La felicidad es una elección. Tienes la capacidad de controlar tus propias emociones. Tú decides si quieres permanecer amargado y abatido para siempre o no. No dejes que nada ni nadie te robe tu propia felicidad. Deja las personas y los dramas negativos en tu vida. 

Elige realizar más actividades que le brinden alegría siempre que no sean perjudiciales para su cuerpo y alma.

La felicidad es aceptación. Aceptarte tal como eres. Acepta que hay cosas que están fuera de tu control. Acepta las cosas que no puedes cambiar.

Hay algunas cosas en la vida que están más allá de tu comprensión y eso está bien. No es necesario tener pleno conocimiento de todo, las cosas que no sabes no pueden hacerte daño. Así que deja de buscar respuestas a todo y de añadirte estrés innecesario.

La felicidad significa estar contento con la vida y nunca dar nada por sentado. Es importante no sólo apreciar tus posesiones sino también las cosas que no tienes. Esto se debe a que las cosas que no posee podrían ser beneficiosas para ti. No está mal tener sueños y aspiraciones en la vida, pero no anheles más de lo que puedes manejar.

No esperes a que ocurra una calamidad para aprender a ser agradecido. Y recuerda decirles a tus seres queridos lo mucho que significan para ti. La próxima vez que quieras buscar la felicidad, mírate en el espejo. Ese reflejo es el responsable de tu felicidad.

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