Ser excelente es más que ser perfecto o impecable, significa expresar continuamente y en todos los aspectos de la vida tu mayor compromiso hacia la calidad total de tus pensamientos, palabras y acciones.
Independientemente del resultado, sigue haciendo siempre lo mejor que puedas, ni más ni menos. Si intentas esforzarte demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la necesaria, y al final tu rendimiento no será suficiente.
Cuándo te excedes, agotas tu cuerpo y vas contra ti, y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Por otro lado, si haces menos de lo que puedes hacer, te sometes á ti mismo á frustraciones, juicios, culpas y reproches.
Limítate a hacer lo mejor que puedas, en cualquier circunstancia de tu vida. No importa si estás enfermo o cansado, si siempre haces lo máximo que puedas, no te juzgarás á ti mismo en modo alguno. Y si no te juzgas, no te harás reproches, ni te culparás ni te castigarás en absoluto.
Hacer el máximo esfuerzo en todos nuestros actos es crecer, es una invitación a dar lo mejor que tenemos, solo tú mismo puedes saber qué es lo máximo que tienes para dar en cada situación.
Cuando te sobrepasas en tu esfuerzo acabas agotado, por eso no debes dejar de descansar, e igualmente, es verdad que te haces reproches cuando sabes que no has dado todo lo que podías. La decisión de entregar un 100% de ti, ni más, ni menos, es la que te lleva a un grado de autosatisfacción muy elevado.