Redacción IWomen
Cuando somos niños es muy fácil hacer amigos. Aunque no siempre es así, para la gran mayoría, esta es la etapa de la vida en la que más se hacen amistades.
Sin embargo, con el paso del tiempo, pareciera que vamos perdiendo esta habilidad.
No tienes porque sentirte culpable sí no eres la persona más extrovertida del mundo.
El miedo al rechazo es uno de los miedos más conocidos y el que más nos impide relacionarnos de forma efectiva con los demás. Ese miedo a veces nos impide arriesgarnos a mostrarnos tal como somos. Las experiencias que vivimos en el pasado pueden socavar nuestra confianza.
Normalmente no nacemos desconfiando de los demás, pero a medida que vamos aprendiendo, bien sea porque nos suceda o por que escuchemos experiencias de los demás, la falta de confianza puede hacer que nos cueste relacionarnos con otras personas.
Los seres humanos nos caracterizamos por ser gregarios. Esto significa que necesitamos la compañía de los demás para tener una salud psicológica y emocional óptima.
Por supuesto, no se debe confundir la necesidad de una buena compañía con la codependencia o la dificultad para estar bien a solas.
Si bien es cierto que establecer conexiones profundas con los demás no es un asunto sencillo, nunca podrás llegar a ellas si no comienzas por ampliar tu círculo desconocido.