Isa Restrepo. A lo largo de mi vida he descubierto que el poder de la bondad y la solidaridad puede ser inmenso. Los actos de bondad no solo transforman a quienes los reciben, sino también a quienes los realizan. Yo los veo como momentos de conexión humana que me inspiran a trabajar por cambios significativos en mí misma y en mi entorno tanto personal como profesional.
Siempre he pensado que la bondad se puede dar a través de gestos pequeños, tan simples como sostener la puerta para alguien, ofrecer una sonrisa sincera o dedicar tiempo a escuchar a un amigo.
Estos actos aparentemente insignificantes tienen el poder de cambiar el tono de un día entero, tanto para el receptor como para el dador. En mi experiencia, he notado que cuando doy con el corazón abierto, recibo mucho más de lo que doy. La bondad es una energía que se multiplica y se esparce, creando un efecto dominó positivo.
Solidaridad: el tejido que nos une
La solidaridad es el acto de estar juntos, apoyarnos mutuamente y compartir nuestras cargas. He sido testigo de cómo la solidaridad puede unir a las personas de maneras poderosas y transformadoras. En momentos de crisis, como desastres naturales o situaciones de emergencia, la solidaridad sostiene a las comunidades. Estas acciones no solo alivian el sufrimiento inmediato, sino que también construyen lazos más fuertes y duraderos.
También soy de las que creo que hacer el bien no debe ser un acto para recibir gratificaciones, hay muchas personas haciendo grandes cosas sin la intención de recibir el mérito o los aplausos.
Y te preguntarás, ¿cómo podemos ser fuente de inspiración para que otros se activen en actos de bondad y solidaridad? La respuesta empieza por uno mismo, porque cada uno de nosotros tiene el poder de iniciar un cambio positivo en nuestro entorno. Puedes comenzar con pequeños actos de bondad diaria y poner atención a las oportunidades para ayudar a otros. También podemos motivar a otros a unirse y contribuir de manera significativa.
Mi invitación para ti hoy es que te abras a esparcir la bondad, que te des la oportunidad de tener un gesto, aunque sea pequeño, con alguna persona cada semana. Que conectes con lo que sucede en el mundo y empatices con alguna causa que te llame. El mundo es inmenso y pareciera que la bondad es escasa, pero la verdad es que tenemos una fuerza increíble de hacer cambios poderosos.