Lo que haces marca la diferencia y tienes que decidir qué tipo de diferencia quieres marcar.
Ser amable no sólo es lo correcto, las personas que demuestran bondad, empatía y compasión ven claros beneficios en sus vidas al reducir el estrés, mejorar el bienestar emocional e incluso ayudarles a vivir más tiempo.
Sin embargo, como todos estamos excepcionalmente ocupados y, a menudo, competimos con las presiones de la vida y el trabajo, la amabilidad a menudo puede ser una ocurrencia tardía.
Con el auge de las redes sociales, nunca ha sido tan fácil que el odio se propague por todo el mundo en cuestión de minutos y horas. También podemos utilizar estas plataformas para mostrar amabilidad compartiendo una publicación, retuiteando o interactuando positivamente con un mensaje. No es necesario que te detengas ahí; Podemos y debemos ir más allá, comprometiéndonos con la amabilidad en todas nuestras interacciones personales y profesionales.
Nunca ha habido un mejor momento para centrarse en incorporar la bondad a la nueva normalidad que se avecina.
Cada momento de cada día tienes la oportunidad de marcar la diferencia. Tú decides cómo empleas tu tiempo y cuál será tu actitud.
Hacer una diferencia se produce en dos partes. Primero debes ser consciente de la diferencia que estás marcando. ¿Es bueno o no tan bueno? La conciencia es el primer paso.
En segundo lugar, tú eliges en qué quieres marcar la diferencia. Tal vez sea en tu carrera, en tu voluntariado, en tu familia o en un esfuerzo de cambio mundial a gran escala.
Pregúntate, ¿cómo estoy marcando la diferencia?
Pon tu mano sobre tu corazón y di:
ELIJO SER CONSCIENTE DE CÓMO HAGO LA DIFERENCIA.