Redacción IWomen
Vivir sin remordimientos puede ser un desafío, especialmente para aquellos que están acostumbrados a castigarse a sí mismos. Si eres tu crítica más dura, la culpa puede abrumar fácilmente tu vida.
Sin embargo, la única forma de crecer y ser productiva y creativa es transformar el arrepentimiento en algo bueno. Aquí te dejo algunas maneras prácticas para enfrentar aquello que te causa remordimiento.
Enmienda tus errores
Muchos de nuestros errores se pueden corregir. Hasta cierto punto y de alguna manera, al menos. No puedes deshacer las cosas espantosas que dijiste cuando estabas enojada con tu pareja, amigo o familiar.
Lo que puedes hacer es, además de disculparte de manera efectiva, por supuesto, es usar el incidente para profundizar la relación. Habla de ello con calma después. Expresa tus emociones, creencias, inseguridades, puntos dolorosos.
Ahora piensa en las causas de tus remordimientos. ¿Hay alguna manera de hacerlo mejor? ¿Podrías tomarlo desde donde estás ahora y mejorar las cosas un poco de alguna manera? O, ¿quizás podrías usar la experiencia para crear algo bueno y valioso?
Acepta a los demás y a ti misma.
La vida no siempre se siente cómoda. Esa es la inquietante verdad. Sin embargo, es mejor aceptar que siempre te lanzarán desafíos o puedes ser maltratada. No siempre sabrás qué hacer en una situación. Es natural, entonces, cometer bastantes errores.
Ahora, acéptate como eres tú también. La auto-aceptación es el primer paso para vivir sin remordimientos. Significa ser consciente tanto de tus fortalezas como de tus debilidades. Se objetiva acerca de quién eres.
Vivir sin remordimientos es reconocer nuestros errores y aprender de ellos. Significa aceptar la realidad de la naturaleza humana. Te ayudará a no castigarte a ti misma, sino a crecer a partir de tus experiencias.
Cuando nos llenamos de remordimientos, tendemos a reprocharnos y olvidar que tenemos muchas fortalezas. Podemos comenzar a pensar en nosotras mismas como las peores personas que existen.
Vivir sin remordimientos es reconocer nuestros errores y aprender de ellos. Significa aceptar la realidad de la naturaleza humana. Nos equivocamos. Y esos errores, al igual que las buenas decisiones que tomamos, deciden el rumbo de nuestras vidas.