La vida hoy en día gira en gran medida en torno a la productividad, independientemente del área en la que mires.
Ya sea que desees lograr el éxito en la vida, trabajar mejor o ser más eficiente, en el momento en que investigues sobre el tema verás que la filosofía corporativa de productividad con sus métodos y clichés siempre resonará en todos los artículos y videos que encuentres.
Como sabes, no es bueno llegar a los extremos y es necesario recordar el cuidado personal adecuado en aras de ser súper productiva. La productividad, sin embargo, es una cualidad que vale la pena cultivar. Está influenciada, entre otros, por la inteligencia emocional.
Para muchas personas, la búsqueda de la mayor productividad resulta en estrés y el análisis de cada uno de sus movimientos es lo que definitivamente los diferencia de los resultados esperados.
La frustración constante no facilita la eficacia; en este punto, es importante darse cuenta de que sólo a través de una mayor conciencia de las emociones, tanto las nuestras como las de las personas que nos rodean, podemos influir en nuestra productividad.
La inteligencia emocional es un valor que nos ayudará a lograr nuestras acciones previstas y ampliar nuestro potencial. Sólo hay una condición: hay que practicar.
Hay varios pasos a seguir para desarrollar la inteligencia emocional y la motivación necesaria para ser productivas.
Aprende más sobre el tema de la mano de personas inspiradoras, por ejemplo, escuchar charlas TED desde las esferas de la motivación, la productividad y la inteligencia emocional en sí puede ser una buena idea. Esto te dará más información sobre estas áreas y te ayudará a desarrollarte aún más.
El desarrollo de la inteligencia emocional no ocurre de la noche a la mañana. Para impactar positivamente en tu productividad y autoorganización debes primero organizar tus pensamientos y emociones, aprender a distinguirlos y controlarlos.
Escuche a su cuerpo, si sientes que estás demasiado cargada, detente y descansa. Intenta conectar tus emociones con los pensamientos que van surgiendo. La meditación muchas veces puede ayudar y puedes practicarla cada mañana o cada noche.
También considera llevar un diario de tus pensamientos; esto te ayudará a comprender mejor tus comportamientos y las emociones que los acompañan.
La asertividad, que se desarrolla a medida que aumenta la inteligencia emocional, también tiene un gran impacto en la productividad. El control sobre tus decisiones y no dejarte influenciar por otras personas es una clave.