Todas podemos beneficiarnos de mejorar nuestras habilidades sociales, seamos emprendedoras o no.
Cuando se trata de negocios, la creación de redes es una gran parte del trabajo del propietario de una empresa. También va de la mano con la captación y mantenimiento de clientes o clientes.
Las malas habilidades sociales pueden afectar negativamente tu negocio, especialmente si este depende de conectarse directamente con clientes o prospectos.
Trabaja en tus habilidades sociales en línea y fuera de línea y así podrás aprovechar todos los foros y eventos que estén disponibles para ti.
Cuando se trata de emprender, tener buenas habilidades sociales es fundamental. Así es como mejoré las mías:
1. Consumiendo contenido
El primer paso que di para desarrollar mis habilidades sociales fue consumir contenido.
El primer libro relacionado con los negocios que leí fue Padre Rico, Padre Pobre, de Robert T. Kiyosaki y Sharon Lechter. Este libro cambió por completo mi visión del mundo y amplió aún más mi interés por los libros sobre desarrollo personal.
Todos los libros que leí relacionados con el tema me brindaron una visión profunda de cómo comunicarme con los demás para diversos fines. El tema común entre todos es escuchar, hacer preguntas y centrarse más en la otra persona.
2. Exponiéndome
El mejor maestro de la realidad es la realidad misma. Ningún libro, vídeo o clase puede enseñar tan bien como la realidad. Asiste a eventos de networking u otros eventos que puedan ayudar a tu negocio. Las primeras veces pueden ser aterradoras, pero eventualmente te acostumbrarás.
Tengo como prioridad planificar en mi día una actividad fuera de casa. Hacer esto hace que sea más fácil hacer amigos y desarrollar mis habilidades sociales. Exponerse suena bastante intimidante, especialmente cuando existe el miedo de ser rechazado.
3. Dejé de sentir miedo al rechazo
Seamos honestas, a nadie le gusta ser rechazado, no hay peor sensación que escuchar un “no”. Solía ser la peor manejando el rechazo hasta que comencé a hacer llamadas en frío.
Las primeras veces que me rechazaron no me sentí bien, pero después de un tiempo, comencé a darme cuenta de que el rechazo no es tan malo como parece.
Una vez me propuse la meta de conectar con dos personas al día. A lo largo de ese viaje, rápidamente me di cuenta de que no todos querían hablar conmigo. En cuanto a la razón, no fue porque no les agradara ni nada por el estilo. A menudo era un mal momento.
Esta experiencia cambió mi forma de pensar de que el rechazo es simplemente un mal momento, y ese cambio de mentalidad me ayudó a dejar de tomar el rechazo como algo personal.
No importa si eres dueña de un negocio, emprendedora o alguien que recién está en su primer empleo. Todas nos necesitemos unas a otras para alcanzar nuestras metas. Intentar hacerlo por nuestra cuenta es muy difícil y, a menudo, puede requerir mucho más tiempo, energía y dinero.
Tómate el tiempo para mejorar tus habilidades sociales básicas y púlelas mediante la práctica diaria.
Cometerás errores desde el principio, pero eventualmente tu arduo trabajo generará enormes dividendos.