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Mónica Prato no solo habla de finanzas; habla de libertad, de sanación y de reconciliación. Especializada en guiar a mujeres de 40 años y profesionales de la salud, ha convertido su propia experiencia de frustración y reinvención en una guía para quienes buscan paz financiera. Su enfoque combina estructura y emocionalidad, enseñando que el dinero no es solo un recurso, sino un vehículo para vivir con propósito y autenticidad. 

A través de su trabajo, Mónica no solo ayuda a organizar cuentas, sino a sanar heridas profundas, derribar creencias limitantes y abrirse a la abundancia desde un lugar de merecimiento y gratitud. Su enfoque surgió justo cuando ella tenía 42 años. Al llegar a esa etapa, empecé a reflexionar: ¿Qué he hecho en estos años? ¿Qué tan productiva he sido? ¿Qué he logrado y qué no? ¿Por qué no lo he logrado? Esas preguntas resonaban en mí, y comencé a prestarle más atención al tema de la crisis”, explica.

Se dio cuenta de que si no has alcanzado lo que la sociedad dice que deberías haber logrado a cierta edad, entras en un ciclo de comparación. Para entonces, ella había migrado de Venezuela a España. Pensaba que no podía darme el lujo de sentirme así. Ya me dedicaba a acompañar a mujeres desde el área financiera y emocional, pero me vi atrapada en un bucle que luego me ayudó a entender lo que ellas vivían, donde los niveles de exigencia son muy altos”.  Dice que estaba enfocada en el hacer, sin detenerse a pensar en el ser. Fue entonces cuando entendí que debía ayudar a las mujeres en esta etapa, porque yo misma lo experimenté. Yo misma viví esa frustración, esa sensación”.

Parte de lo que aprendió Mónica fue que las creencias limitantes jugaban un rol clave en ese proceso que estaba viviendo, como el tener que conformarse o como que el dinero no era bueno.
“Estas creencias se repiten de generación en generación y se quedan arraigadas. El dinero es un vehículo que me permite vivir plenamente”. En esos momentos, analizó y aplicó las herramientas que hoy enseña.

Expandir nuestra capacidad de recibir

Uno de los temas claves que Mónica toca en sus asesorías es cómo expandir la capacidad de recibir. A las mujeres no nos han enseñado a recibir. Nos han enseñado a sacrificarnos, a dar primero a los hijos, a la familia, al hogar, al trabajo, y al final, si acaso, estamos nosotras en la lista. Así era yo”.

Explica que hacer dinero no es difícil si tienes una estrategia, pero sostenerlo y recibirlo es otra cosa. La migración le enseñó a enfrentarse a situaciones donde no había vuelta atrás. Entendió que no puede dar lo que no recibe. “Si no me abro a recibir, no puedo dar plenamente”.

Acompañar y crecer 

De las transformaciones más impactantes que ella ha visto en las mujeres con las que trabaja es que pasan de no sentirse merecedoras a entender que su valor no está ligado a lo que tienen en su cuenta bancaria. Uno de los mayores desafíos para las mujeres es aprender a cobrar lo que realmente valen y la lucha con el tema del merecimiento. Si tú no crees que mereces ese dinero, el otro no te lo va a dar. Primero, debes creer en tu propio valor. La baja autoestima factura caro”.

Otra transformación importante, añade, es aprender a separar las finanzas personales de las del negocio. No se trata de cuánto ganas, sino de cómo administras lo que ganas”. Este mensaje lo complementa con otro contundente: Al dinero le gusta el orden. Le gusta que le digas a dónde va a ir. No le gusta la duda. También le gusta que te valores y que te respetes. Si dijiste que ibas a hacer algo, hazlo. Cuando empiezas a actuar con integridad en las pequeñas cosas, eso se refleja en todo lo que haces”.

En el plano personal, Mónica describe su relación con el dinero con una palabra: conexión. El dinero me permite disfrutar de lo que quiero hacer y ayudar a otras personas de manera genuina. Es ese vínculo que me permite moverme a la velocidad, en el tiempo y con quien quiero”.

Miedo financiero, ¿Cómo superarlo?

Ninguna persona está exenta del miedo financiero, Mónica lo sabe y lo ha vivido en carne propia. Hace unos 8 años, cuando todavía trabajaba en una organización en Venezuela, vivió uno de los momentos de mayor miedo financiero en su vida. Estaba conforme con su trabajo, porque le permitía crecer, pero la situación económica de su país era desalentadora. Llegó a un punto en que sus ingresos no le alcanzaban. 

En ese momento, me sentí abrumada, pero luego me calmé y me pregunté: ¿Qué es lo que sí puedo controlar? Había construido un colchón de seguridad, lo que yo llamo un  fondo de tranquilidad, que me permitió sostenerme. Me enfoqué en lo básico: pagar solo lo imprescindible y mantener la calma. Desde esa tranquilidad, empecé a reconstruir mi vida financiera”.

Esta experiencia le enseñó la importancia de tener un colchón de seguridad, la necesidad de administrar bien el dinero y que no somos lo que tenemos en nuestra cuenta bancaria. También aprendió a refinarse como profesional. Al principio, tomaba a cualquier cliente que llegara, pero luego entendió que no quería sentirse ahogada, ni trabajar con personas que no valoraban su trabajo. Un asesor no es magia; no puede resolver todos los problemas de alguien si esa persona no está dispuesta a poner de su parte”, insiste.

La paz financiera y la gratitud

Para Mónica, la paz financiera va más allá del dinero. Es poder ver a su hija y entablar una conversación sincera con ella. También es tener gratitud por las cosas más simples de la vida. Cada día le doy gracias a Dios. Esa gratitud da calma y tranquilidad. Esa es la paz que todas queremos”. Otra forma que ella recomienda para encontrar la paz financiera es anotar esos pequeños regalos que recibimos a diario que muchas veces pasamos por alto y rodearnos de personas valiosas.

A las mujeres que sienten que nunca podrán estar bien económicamente, les dice que la situación que están viviendo no las define.A veces queremos correr, pero es importante no  callar las emociones. Si sientes ansiedad, escríbela, sácala, vive esas emociones. Deja que afloren, pero entiende que esta situación no te marcará para siempre. No estás empezando de cero. Ya tienes un camino recorrido, y eso es una ventaja”.

¿Quieres contactar a Mónica?

Facebook: Mónica Prato 
Instagram: @monicaprato

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