Skip to main content

Al primer contacto con Lilibeth Gutiérrez es sencillo conectar con su carisma. Cercana, sensible y empática, sería apenas una corta lista de lo que se puede ver en ella a partir de una pequeña plática. Y es lógico que esto sea así, porque siempre le ha gustado estar con la gente. Su clave es mostrarse como un ser humano igual a los que la escuchan. 

“A lo largo de los años he comprendido que el rol que quiero tener es el de acompañar la vida de otras personas a descubrir las respuestas que buscan dentro de ellos mismos; no es para mí una aspiración ser mentora o gurú que tiene el secreto de la felicidad; siento que me pondría en una posición distante e idealizada. A mí me gusta que me vean real, tal como soy, que sientan que puedo comprender el dolor o la emoción que sienten”, dice. 

Sus palabras son auténticas, se le puede ver feliz abrazando a las personas, mirándolas, escuchándolas con atención. “A las personas, al sentirse reconocidas, les ocurre algo poderosísimo para los procesos de transformación personal”. Asegura que las respuestas que buscamos siempre las tenemos dentro de nosotros mismos y que solo necesitamos que alguien nos ayude a ampliar nuestra mirada y crea en nosotros. 

Una mujer de luz y fe

Desde muy pequeña, Lilibeth es una persona alegre. Formada en una familia creyente, lo que, considera, le ha ayudado a ver la vida con esperanza. Obviamente, no ha estado exenta de vivir momentos de tristeza. “Me he sentido estancada, sin fuerzas, perdida y en esos momentos me he refugiado en mi relación con Dios, en mis amigos y he recurrido a la terapia psicológica”. 

En cuanto a la terapia, señala, ha sido de las mejores decisiones que ha podido tomar. “Entendí que necesitaba cambiar el chip de queja para vivir en clave de gratitud, ser consciente de que todo, por mínimo que fuese, era merecedor de agradecimiento y eso me ayudó a poder percibir la vida y las infinitas oportunidades que están allí para nosotros si decidimos verlas”.

Descubriendo el potencial del otro

Acompañar vidas y ver los procesos de cada persona generan un impacto maravilloso en Lilibeth. Cuando ve a una persona descubrir su propio potencial, siente gratitud y orgullo. “Realmente me siento muy honrada de ser testigo de ver cómo un ser humano es capaz de cambiar su vida a partir de hacerse más consciente de quién es”.

Parte de su trabajo es una combinación entre la psicología y la educación experiencial. Esto nació de su propia experiencia de acompañar a otros a través del servicio. Desde muy joven, Lilibeth tuvo la oportunidad de acompañar grupos desde un enfoque de servicio, donde, de manera muy empírica, se utilizaban herramientas como el juego y la risa para lograr que las personas pudieran conectarse con la experiencia de aprendizaje de una manera distinta. “Crear estos espacios me encantaba”, confiesa.

Al pasar los años y estudiar psicología, se encontró con que eso que hacía de manera empírica tenía una metodología y una base sólida de la que podía nutrirse para fortalecer su ejercicio. Fue entonces cuando se sumergió en el mundo de la educación experiencial.

Para Lilibeth, el juego y la risa son herramientas poderosas. “Cuando jugamos y nos reímos, se eliminan las barreras y resistencias que naturalmente existen. Al lograr espacios seguros y de confianza, la participación de los asistentes se activa de forma más potente, y el aprendizaje colaborativo se vuelve una constante porque todos aportan al conocimiento que se construye”.

El equilibrio entre números y emociones

Ella logró equilibrar dos mundos aparentemente opuestos: los números y las emociones. La contaduría le enseñó la importancia de planificar, medir y controlar cifras, hacer procesos, presupuestos y elaborar proyectos. “Esto me ha ayudado no solo en el desarrollo de mi trabajo de manera significativa, sino que también me permite ser más empática con los gerentes a quienes les hago consultoría organizacional, porque puedo entender sus enfoques de interés”, explica.

Por otro lado, la psicología le ofrece una profunda conciencia de lo que necesitamos como seres humanos para tener una mejor gestión emocional. “Entender la importancia del autocuidado y mantener un equilibrio entre lo que hacemos y quienes somos es fundamental”, dice.

En su día a día, Lilibeth intenta equilibrar sus rutinas. “Procuro tener espacios de pausa durante el día, mis rutinas de gratitud y oración al iniciar la mañana, hacer ejercicio, nutrir mis pensamientos con contenido que me haga crecer, alimentarme bien y balanceado, intentar un buen descanso, recrearme, jugar con mis sobrinos, hacer cosas que disfruto y sé que me recargan”.

Reinventarse en tiempos de pandemia

La pandemia fue un momento de reinvención para Lilibeth. Antes del COVID-19, sus talleres en empresas involucraban juegos, abrazos y contacto físico, algo que de repente ya no era posible. “Esto dejaba mi agenda en blanco”, recuerda. Fue entonces cuando decidió replantear su enfoque y apostar por la virtualidad.

Junto a dos grandes amigos en Perú crearon los campamentos digitales “Desde el Balcón”. “Fue un reto enorme porque existían muy pocas plataformas digitales óptimas como las conocemos hoy en día”, cuenta. Sin embargo, asumieron el desafío y diseñaron una experiencia donde las personas pudieran transitar emocionalmente todo lo que estaba ocurriendo en ese momento desde un enfoque resiliente.

“Utilizamos la metáfora de campamento para que los participantes, sin importar el lugar del mundo donde se encontraran, pudieran conectarse y vivir tres días de formación en resiliencia y actividades de crecimiento”, explica. Lo que comenzó como un experimento para 80 personas, terminó impactando a más de 4,000 personas en 12 países.

Sus talleres: “Follow Me” y “Pon a la ansiedad en su lugar”

En sus talleres de Follow Me, Lilibeth propone replantear el liderazgo desde una perspectiva integral. “Todos ejercemos, queramos o no, una influencia en las personas que nos rodean, bien sea en el ámbito laboral o personal, y esta puede impactar de manera positiva o negativa”, explica. Por eso, su enfoque se centra en ayudar a las personas a medir su impacto, identificar su estilo de liderazgo y fortalecer las actitudes que les permitan construir un perfil de líder reconocido por sus valores, coherencia y servicio.

“Se trata de romper el paradigma del mando, poder y autoridad como base del liderazgo, y construir una imagen de líder que pone todo su potencial en función de hacer crecer a los otros”, dice con convicción.

Por otra parte, en su taller “Pon a la ansiedad en su lugar”, Lilibeth resignifica este sentimiento que muchas veces es visto como un enemigo. “La ansiedad por años ha sido vista como algo de lo que nos tenemos que defender y huir porque viene a hacernos daño y desequilibrar nuestra vida”, explica. Sin embargo, ella invita a comprender su base biológica. “Es un mecanismo de defensa natural de nuestro cuerpo para protegernos. Cuando dejamos de resistirnos y permitimos que nos dé la información que viene a darnos, podemos trabajar en apagar esa alarma”.

Lilibeth cree firmemente en el poder de la reinvención y la autenticidad. “Nunca es tarde para descubrir qué es lo que realmente te hace sentir feliz, realizado, valioso y útil para los demás”, dice. “Todos hemos nacido con talentos y capacidades que nos hacen especiales y que merecen ser compartidas. Hoy es un gran día para preguntarte qué es eso en lo que eres bueno, qué te apasiona, en qué eres útil y por qué te pagarían. Al combinar la información de todas estas respuestas, estarás un paso más cerca de encontrar tu propósito”.

Con su alegría contagiosa y su mensaje lleno de esperanza, Lilibeth Gutiérrez es, sin duda, una mujer que inspira a otros a abrazar su luz y brillar con todo su esplendor.

¿Te gustaría conectar con Lilibeth? Escríbele: 

Instagram: Lilibeth C Gutiérrez A

Web: https://www.lilibethgutierrez.com/ 

Correo: lilibethgutierrezexperiencias@gmail.com 

WhatsApp: +57 321 4928946

También puedes leer: Athenea Garza: La magia de liderar con pasión, risa y autenticidad

 

Cuéntame cuál tema te gustaría para un próximo artículo