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Una voz contra la violencia sexual

Redacción Iwomen  

Nadia Murad es una activista yazidí y ganadora del Premio Nobel de la Paz, reconocida mundialmente por su valentía al alzar la voz contra la violencia sexual y la trata de personas. Su historia es una de las más desgarradoras y, al mismo tiempo, inspiradoras de los tiempos modernos. Nació en Kocho, un pequeño pueblo en el norte de Irak, y su vida cambió para siempre en 2014 cuando el Estado Islámico (ISIS) invadió su hogar.

Los miembros de ISIS asesinaron a la mayoría de los hombres en su pueblo, incluida gran parte de su familia. Las mujeres y niñas, incluida Nadia, fueron secuestradas y sometidas a atrocidades inimaginables. “Me convertí en esclava a los 21 años, y pasé tres meses en cautiverio”, contó Nadia en su testimonio ante las Naciones Unidas.

Un camino difícil hacia la justicia

Después de escapar de sus captores, Nadia se refugió en Alemania, donde comenzó su lucha por los derechos de su comunidad y por todas las mujeres que han sufrido violencia sexual. Su testimonio ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas en 2015 fue un llamado a la acción.

“Hoy hablo por aquellos que no pueden hablar, por aquellos que fueron asesinados en masa, por aquellos que están enterrados en fosas comunes”, declaró Murad.

Nadia fundó la organización Nadia’s Initiative, que se dedica a ayudar a las víctimas del genocidio y la trata de personas, y a reconstruir su comunidad en Irak. 

“Quiero ser la última niña con una historia como la mía”, dijo en una entrevista con The New York Times.

Un Nobel de Paz con propósito

En 2018, Nadia Murad recibió el Premio Nobel de la Paz, compartido con el doctor Denis Mukwege, un ginecólogo que también ha dedicado su vida a ayudar a víctimas de violencia sexual.

El Comité Nobel destacó su “esfuerzo incansable por terminar con el uso de la violencia sexual como arma de guerra”. 

En su discurso de aceptación, Nadia expresó: “Un solo sobreviviente de violencia sexual es una persona demasiado, y el fracaso para proteger a una sola mujer o niña significa una falla en la humanidad”.

El Premio Nobel no solo reconoce su valentía, sino que también refuerza la importancia de la lucha contra la violencia sexual en conflictos armados. Nadia ha insistido en que la comunidad internacional debe hacer más para proteger a las minorías y poner fin a estas atrocidades. “Es responsabilidad de todos luchar contra la injusticia”, dijo en una entrevista con Time.

Mirando hacia el futuro

Nadia Murad sigue siendo una figura clave en la defensa de los derechos humanos. Continúa su labor a través de su fundación, enfocándose en la justicia para las víctimas de genocidio y en la reconstrucción de las comunidades yazidíes.

Además, ha escrito un libro, “Yo Seré la Última: Historia de mi Cautiverio y mi Lucha contra el Estado Islámico”, donde detalla su dolorosa experiencia y su determinación para lograr un cambio real. 

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