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La científica detrás de la vacuna del COVID-19

Redacción Iwomen  

Kizzmekia Corbett, nacida el 26 de enero de 1986 en Hurdle Mills, Carolina del Norte, es una destacada inmunóloga estadounidense cuyo trabajo fue fundamental en el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19. Su contribución no solo ha salvado millones de vidas, sino que también ha inspirado a una nueva generación de científicos y ha puesto de relieve la importancia de la diversidad en la investigación científica.

Corbett mostró un interés temprano por la ciencia, lo que la llevó a obtener una licenciatura en Ciencias Biológicas y Sociología por la Universidad de Maryland en 2008. Posteriormente, se trasladó a la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, donde completó su doctorado en Microbiología e Inmunología en 2014. Su tesis doctoral se centró en la respuesta inmunológica a los virus respiratorios, un campo que más tarde sería crucial para su trabajo en la pandemia del COVID-19.

Como investigadora principal en los Institutos Nacionales de Salud (NIH), Corbett lideró el equipo que trabajó en la creación de una vacuna contra el coronavirus. Junto con sus colegas, se enfocó en una nueva tecnología basada en el ARN mensajero (ARNm). Esta técnica utiliza una secuencia genética del virus para instruir a las células del cuerpo a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunológica, sin necesidad de introducir el virus vivo en el organismo.

El equipo de Corbett colaboró estrechamente con Moderna, una empresa de biotecnología, para desarrollar y probar la vacuna que rápidamente se convirtió en una herramienta clave en la lucha contra la pandemia. Su trabajo permitió que la vacuna Moderna fuera una de las primeras en recibir la autorización de uso de emergencia por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) en diciembre de 2020.

Reconocimientos y legado

El impacto de Corbett en la ciencia y la salud pública ha sido ampliamente reconocido. En 2021, la revista TIME la incluyó en su lista de las 100 personas más influyentes del mundo. Además, ha recibido numerosos premios y honores por su trabajo pionero, destacando no solo su contribución científica, sino también su papel como modelo a seguir para las mujeres y las minorías en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

Kizzmekia Corbett ha utilizado su plataforma para abogar por la inclusión y la diversidad en la ciencia. Ha enfatizado la importancia de la representación en los laboratorios de investigación, argumentando que diversas perspectivas pueden conducir a innovaciones más efectivas y equitativas. Además, ha participado activamente en programas educativos y de divulgación, inspirando a jóvenes estudiantes a seguir carreras en ciencias.

Después de su éxito con la vacuna del COVID-19, Corbett continúa su investigación en inmunología y virología. Su enfoque sigue siendo la preparación para futuras pandemias y la mejora de las respuestas inmunológicas a enfermedades infecciosas. La comunidad científica y el público en general observan con gran interés sus próximos pasos, seguros de que sus futuros descubrimientos continuarán impactando positivamente la salud global.

Kizzmekia Corbett es más que una científica brillante; es una pionera cuyo trabajo durante uno de los períodos más desafiantes de la historia moderna ha dejado una marca indeleble en el mundo. Su historia es un testimonio del poder de la ciencia y la importancia de apoyar y celebrar la diversidad en todos los campos del conocimiento.

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