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Redacción IWomen

Un estudio dirigido por investigadores de UCLA Health descubrió que las experiencias de cuidado en las primeras etapas de la vida, incluido el contacto piel con piel al nacer, la cantidad de personas en contacto físico con el bebé al nacer y la cantidad de tiempo que los bebés estuvieron en contacto físico con los cuidadores se asociaron con la composición del microbioma intestinal del bebé hasta los seis meses de edad.

Para ponernos en contexto, el microbioma es la comunidad de microorganismos (como los hongos, bacterias y virus) que existen en un entorno en particular. En los seres humanos, el término se utiliza con frecuencia para describir los microorganismos que viven en o sobre una zona particular del cuerpo, como la piel o el tracto gastrointestinal.

“Estos factores explicaron hasta 11% de la variación en el microbioma entre los bebés y se asociaron con una abundancia alterada de importantes bacterias intestinales en las primeras etapas de la vida, como Bifidobacterium”, señala UCLA.

Los antencedentes de esta investigación han demostrado que tener múltiples cuidadores además de los padres biológicos beneficia la salud de los bebés, pero el mecanismo biológico subyacente sigue siendo desconocido. Los investigadores analizaron si el contacto de un bebé con un cuidador influía en la composición de su microbioma.

“Si bien otras investigaciones se han centrado en cómo el modo de parto afecta el microbioma, se cree que este es el primer estudio que observa cómo el papel de un cuidador durante las primeras semanas afecta la salud de los bebés”, explican.

Métodos e impacto del estudio sobre microbiomas

Los investigadores analizaron que el ambiente de cuidado en los primeros años de vida dos semanas después del nacimiento. Luego recolectaron y secuenciaron muestras de heces a las dos semanas y a los dos, seis y 12 meses de edad.

“Los resultados revelan un mecanismo potencial (contacto físico y piel con piel) mediante el cual los cuidadores influyen en el microbioma gastrointestinal del bebé. Nuestros hallazgos contribuyen al trabajo que explora la transmisión social de microbios”, explicaron los investigadores en el artículo Microbiomas de los bebés moldeados por el contacto físico con los cuidadores, publicado en la Revista Estadounidense de Antropología Biológica.

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