Redacción IWomen
Cuando se trata de bajar de peso, la información que podemos conseguir en internet es muy amplia y abundan mitos sobre cómo bajar rápido de peso. Pero la realidad es que muchos son consejos populares que se vuelven virales sin contar con investigaciones que los respalden. Si buscas bajar de peso, lo ideal es buscar un nutricionista y médicos que puedan evaluar tu situación de salud y darte recomendaciones basadas en estudios.
Hoy queremos derrumbar los mitos sobre las dietas rápidas y ofrecerte información, certificada por expertos que te ayuden a tomar mejores decisiones.
Mito 1: No desayunar ayuda a perder peso
Realidad: De acuerdo con MedlinePlus no hay evidencia científica que demuestre que omitir el desayuno lleva a un aumento de peso directo. Por el contrario, comer un desayuno saludable puede ayudar a manejar el hambre durante el día y evitar refrigerios no saludables.
Mito 2: Comer de noche engorda
Realidad: No es el momento en que se come, sino la cantidad total de calorías consumidas, lo que afecta el peso, señala MedicoPlus. Sin embargo, las personas que comen tarde a menudo eligen alimentos altos en calorías y pueden no dormir bien, lo que influye en su peso.
Mito 3: Las dietas hiperproteicas son efectivas para adelgazar
Realidad: MedicoPlus afirma que aunque las dietas hiperproteicas pueden llevar a una rápida pérdida de peso, esta se debe a la pérdida de agua y masa muscular, no a la quema de grasa. Además, estas dietas pueden no ser saludables a largo plazo.
Mito 4: Una pérdida de peso lenta es la única manera de mantener el peso bajo
Realidad: Algunas personas tienen éxito con pérdidas de peso rápidas, siempre y cuando lo hagan bajo supervisión médica para asegurar una nutrición adecuada, explica MedlinePlus.
La web GastroLab, enfocada en la alimentación saludable, señala que las dietas rápidas y restrictivas pueden tener efectos negativos en la salud. Pueden llevar a una mayor insatisfacción corporal, alteraciones en el metabolismo, y ciclos de pérdida y ganancia de peso conocidos como efecto rebote. A largo plazo, estas dietas pueden incrementar el riesgo de fracturas, inflamación crónica y problemas metabólicos.
En cambio, ellos recomiendan seguir un enfoque equilibrado y sostenible hacia la alimentación y la pérdida de peso. También hacen énfasis en la importancia de consumir alimentos nutritivos, escuchar las señales de hambre y saciedad del cuerpo, y evitar las dietas extremas que prometen resultados rápidos sin supervisión médica adecuada.
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