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Karla Mary es consultora empresarial; pero también es una apasionada defensora de la permanencia en un mundo obsesionado con lo efímero. Desde que fundó Espabílate Consulting Group en 2014, tras un Programa Ejecutivo en Gerencia de Franquicias y una salida inesperada de su trabajo, ha dedicado su vida a ayudar a empresas medianas a construir cimientos sólidos que las hagan perdurar. Quiero envejecer haciendo esto”, dice con convicción, y no es difícil entender por qué. Su amor por lo que hace se percibe en la misión que guía a su firma: construir empresas que duren 100 años. 

La chispa que dio vida a Espabílate Consulting Group nació de una certeza personal. Tras decidir que no quería volver a tener un jefe, Karla vio una oportunidad en el mundo empresarial. Pero no se dejó seducir por las modas pasajeras ni las promesas de crecimiento rápido. En cambio, se enamoró de lo que permanece, de las verdades que han resistido el paso del tiempo. Me apasionan las cosas que no cambian”, explica. Las cosas que han durado 100 años y siguen vigentes lo están porque son relevantes o han demostrado funcionar mejor que las nuevas. Las tendencias aún tienen que probar su utilidad”. 

Para Karla, las empresas enfrentan retos que son tan antiguos como vigentes: elegir y desarrollar equipos, competir en el mercado, y gestionar para asegurar la continuidad. Estos pilares, abordados a través de la profesionalización y el Gobierno Corporativo, son el corazón de su trabajo en Espabílate. 

Acompañante de empresas a avanzar 

En estos diez años, Karla ha acompañado a más de 500 empresas y dueños de negocios, ayudándolos a establecer sistemas que les permitan gestionar con claridad y avanzar paso a paso. Ver de cerca el crecimiento de nuestros clientes, cómo construyen su empresa, es maravilloso”, comparte con orgullo. Pero su satisfacción no se queda en los números. Lo que realmente la enorgullece es haber mantenido a Espabílate sana y en pie durante una década un logro nada menor en el exigente mundo empresarialy haber devuelto al centro de la conversación una idea que, según ella, se había desdibujado: la continuidad. En un entorno donde muchos persiguen el crecimiento explosivo y la venta rápida, Karla aboga por un enfoque diferente, uno que priorice el largo plazo y la trascendencia. 

El mundo empresarial ha cambiado mucho en esta década, y Karla lo ha visto de cerca. La tecnología, en todas sus formas, ha transformado cómo operan las empresas, al igual que los mercados mismos. Pero para ella, la clave está en distinguir entre lo que cambia y lo que permanece. No puedes enamorarte de lo que cambia: tecnología, procesos, políticas, productos o servicios. Tienes que estar dispuesto a dejar tus ideas atrás rápidamente y avanzar. En esas cosas jamás serás experto, porque cuando crees que lo entiendes, llega algo nuevo. Hay que estar abierto a experimentar”. En cambio, las cosas que no cambian la gestión de equipos, la cultura empresarial, el entendimiento de los clientesson donde hay que profundizar, donde hay que volverse experto. Esta filosofía de equilibrio entre adaptarse a lo nuevo y arraigarse en lo permanente guía cada decisión en Espabílate. 

Las medianas empresas son su foco 

Lo que distingue a Espabílate es su enfoque en las empresas medianas, esas que Karla compara con adolescentes: llenas de potencial, pero atrapadas entre los problemas de las grandes empresas y los recursos de las pequeñas. Es una etapa incómoda, un súper reto, dice. Nosotros entendemos a nuestros clientes mejor que nadie y tenemos soluciones específicamente para ellos”. Su propósito es claro: profesionalizar 1000 empresas que no solo crezcan, sino que ganen y perduren. Este compromiso no es solo una meta; es lo que impulsa al equipo cada día, lo que los hace levantarse con la convicción de estar dejando una marca en el mundo empresarial. 

Sin embargo, profesionalizar una empresa no es tarea fácil. Karla identifica tres grandes desafíos. El primero es la mentalidad del dueño. Luego está la cultura de permanencia, que requiere que gerentes y socios piensen en el largo plazo, contraten a las personas correctas y las desarrollen. Finalmente, está el reto de la sucesión, especialmente en empresas familiares.  

Para Karla, el factor decisivo para que una empresa no solo crezca, sino que perdure, es un dueño con una visión clara de trascendencia. Un dueño que quiera que su legado se mantenga más allá de él es el motor que mueve todo lo demás”, explica. Ese dueño construirá una cultura sólida, el corazón de la empresa, y asegurará que todos en la organización compartan esa visión. Las empresas longevas, dice Karla, no son solo proveedoras de productos o servicios; son culturas de trabajo, seres vivos que evolucionan, pero mantienen sus valores y su esencia. Muchas empresas de 100 años no hacen lo que hacían al principio, pero conservan su forma de trabajo, su cultura. Eso es lo que las hace trascender”. 

Karla Mary vive su misión con cada paso que da. A través de Espabílate, no solo está transformando empresas medianas; está sembrando la idea de que la permanencia es posible, y que construir un legado duradero es un objetivo digno de perseguir. 

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Instagram: 

@soykarlamary 

https://www.instagram.com/soykarlamary/  

Podcast: 

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