Desde hace tiempo sentía que algo en mi vida no estaba alineado. No era mi entorno ni mi apariencia, sino algo más profundo: mi mentalidad. Había llegado al punto en el que entendí que, para brillar realmente desde adentro, necesitaba un “glow up” mental.
Cuando hablamos de “glow up”, muchas veces pensamos en cambios físicos: maquillaje, ropa, o rutinas de cuidado personal. Pero lo que no siempre consideramos es que el cambio más poderoso comienza en nuestra mente. Así que decidí embarcarme en un viaje de reinvención mental. Este proceso no fue sencillo, pero ha sido transformador, y quiero compartir los pasos que me ayudaron a lograrlo.
1. Autoconciencia: Conocerme desde adentro
El primer paso fue detenerme y reflexionar. Me pregunté: ¿Qué pensamientos me están limitando? ¿Cuáles son los patrones que repito constantemente? Comencé a escribir un diario, anotando mis emociones y los pensamientos que las originaban. Esta práctica me ayudó a identificar creencias negativas que había normalizado, como “no soy suficiente” o “esto siempre me sale mal”.
2. Cambiar mi narrativa interna
Una vez que identifiqué esas creencias, supe que debía reemplazarlas por algo más positivo. Cada vez que mi mente intentaba sabotearme, le respondía con afirmaciones constructivas: “Estoy aprendiendo y mejorando cada día” o “Tengo la capacidad de enfrentar este reto”. Aunque al principio no me creía estas afirmaciones, con el tiempo empezaron a sentirse más reales.
3. Cuidar lo que consumo
Me di cuenta de que lo que alimenta mi mente es tan importante como lo que alimenta mi cuerpo. Reduje el tiempo que pasaba en redes sociales comparándome con otros y opté por consumir contenido que me inspirara y empoderara. Libros, podcasts, y conversaciones con personas que admiraba se convirtieron en mi nueva fuente de energía mental.
4. Práctica de la gratitud
Un cambio clave fue adoptar el hábito de agradecer. Cada noche, escribía tres cosas por las que me sentía agradecida. Esto me enseñó a enfocarme en lo positivo, incluso en los días difíciles. La gratitud no solo cambió mi perspectiva, sino que también mejoró mi relación conmigo misma y con los demás.
5. Establecer límites saludables
Aprendí que no todas las opiniones o demandas merecen un lugar en mi mente. Poner límites, ya sea en relaciones personales o profesionales, fue clave para proteger mi bienestar mental. Esto no siempre fue fácil, pero me di cuenta de que decir “no” cuando es necesario también es un acto de amor propio.
6. Aceptar el progreso, no la perfección
Un aspecto crucial de este proceso fue dejar de buscar la perfección. Entendí que crecer mentalmente no es una línea recta, sino un camino con altibajos. Cada pequeño paso hacia adelante cuenta, incluso si hay días en los que parece que retrocedo.
7. Enfatizar en las rutinas que enriquecen mi mente, mi cuerpo y mi espíritu
La oración, la lectura y el ejercicio físico disciplinado. Estas prácticas que no solo me ayudan a estar presente, sino que aportan a mi bienestar.
Hoy, puedo decir que mi “glow up” mental no solo me ha transformado internamente, sino que también ha impactado en cómo me relaciono con el mundo. He aprendido que la verdadera belleza, la que brilla desde adentro, comienza con una mentalidad saludable y fuerte. No se trata de nunca tener días malos, sino de saber que tengo las herramientas para afrontarlos y seguir creciendo.
Si estás buscando un cambio, te animo a que inicies este viaje. Tu “glow up” mental es un regalo que siempre estará contigo, y lo mejor de todo es que depende de ti empezar.
NOTA: Después de este “glow up” mental me sorprendo de mis acciones y mis pensamientos y sé que hoy soy más cautelosa, sobre todo en no perder el control ni mi paz interior.
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