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Redacción IWomen 

¿Has escuchado o leído sobre el Fitness Social? Este es un concepto que habla sobre tener relaciones que sean realmente sanas, positivas y que te hagan sentir bien.

Según explica CNBC Make It,“se trata de hacer un balance de nuestras relaciones y ser honestos con nosotros mismos acerca de dónde dedicamos nuestro tiempo y si atendemos las conexiones que nos ayudan a prosperar”.

Según expertos, practicar el Fitness Social sirve para alcanzar la felicidad y una vida larga y plena. Pero la pregunta es, ¿qué nos hace felices? Para responder a esta inquietud, desde hace más de ocho décadas, la Universidad de Harvard realizó un estudio que mantiene la idea de que alcanzar la felicidad es posible si se parte de una premisa básica: mantener y cuidar las relaciones personales a largo plazo.

La conclusión de los investigadores es que la frecuencia y la calidad de nuestros contactos con otras personas son dos importantes predictores de plenitud vital.

La siguiente pregunta ¿cómo logramos relaciones sanas?Lo primero es tener una comunicación abierta y saludable, esto implica expresar tus pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, así como escuchar activamente a los demás. También es muy importante el respeto, aceptar y valorar a la otra persona tal como es, sin tratar de cambiarla.

En esa búsqueda se debe tener en cuenta la empatía, ponernos en el lugar del otro y tomarse el tiempo para escuchar y validar los sentimientos de los demás, fortalece los lazos emocionales y promueve una relación más sólida.

Las relaciones saludables requieren compromiso y apoyo mutuo, esto implica estar presente para los demás en los buenos y malos momentos, brindar ayuda y aliento cuando sea necesario, y trabajar juntos para superar desafíos

relaciones sanas

Espacio personal y autonomía

Aunque es importante estar cerca y apoyar a los demás, también es fundamental respetar el espacio personal y la autonomía individual. Permitir que cada persona tenga tiempo y espacio para sí misma promueve el crecimiento personal y la independencia, lo que a su vez contribuye a una relación más equilibrada y saludable.

No hay que olvidar que nadie es perfecto, y las relaciones sanas implican aceptar las imperfecciones y trabajar juntos para superar los desafíos. Cultivar la comprensión y la tolerancia hacia los defectos y errores de los demás promueve la aceptación incondicional y fortalece la conexión emocional.

Las relaciones saludables son dinámicas y evolutivas, y es importante fomentar el crecimiento mutuo y el desarrollo personal. Esto implica apoyar los objetivos y aspiraciones de los demás, celebrar los logros individuales y crecer juntos como pareja o grupo.

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