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¿Pasas MUCHO TIEMPO EN USA?. Puedes ser considerado residente fiscal americano.

Si visitas frecuentemente los Estados Unidos o pasas temporadas largas en el país debes tener cuidado de no convertirte, sin querer, en residente fiscal estadounidenses. De ser así, pudieses contraer obligaciones con el Internal Revenue Service (IRS), autoridad fiscal de Estados Unidos.

Hay dos formas de convertirse en un residente fiscal en Estados Unidos, mediante la obtención de la green card, que otorga a su titular el permiso de permanencia en el país junto con una serie de derechos, y la otra forma que es bastante confusa para muchas personas, es mediante el tiempo de permanencia en el territorio norteamericano. 

Si pasas más de 183 días en Estados Unidos, automáticamente serás considerado residente fiscal estadounidense.

Debes tener en cuenta que estos 183 días no son calendario, que corresponde a unos seis meses. La regla estipula el tiempo que has pasado en Estados Unidos en los últimos tres años. 

Este cálculo incluye todos los días del año actual, un tercio del año pasado y un sexto del año antepasado. Entonces, el concepto con el que muchos fantasean de pasar seis meses en USA y seis meses en su país de origen no funciona para estos efectos.

Como en toda regla, hay excepciones. Algunas visas, como las de categorías F (estudio y trabajo), J (aprendiz) y M (profesor), están exentas del recuento de 183 días.

¿Cuáles son tus deberes? El residente fiscal estadounidense es un global tax payer. Eso significa que tendrá que declarar todo lo que posee, sin importar dónde, al gobierno de Estados Unidos. Las rentas recibidas en su país de origen, en Estados Unidos y cualquier otro país deben ser informadas en el formulario 1040. La tasa impositiva general oscila entre el 15% y el 39,6%, lo que depende de la renta del contribuyente.

Ahora bien, si pagas tus impuestos en tu país de origen, los mismos pueden usarse como crédito en Estados Unidos en los casos que exista tratado de tributación con el mismo. Si las tasas de ciertos impuestos cobrados en ambos países no son las mismas, es necesario pagar la diferencia. El residente fiscal estadounidense también está sujeto a impuestos que no existen en algunos países.

Convertirse en residente fiscal debe ser una decisión tomada una vez realices un análisis que te permita planificarte fiscalmente y no por un accidente por falta de información.

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