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Redacción IWomen 

A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta una serie de cambios, algunos de los cuales son visibles en nuestra piel y otros órganos. “Se estima que las personas que sobrepasan los 65 años padecen dos veces más de discapacidades, cuatro veces más de limitaciones, van al médico un 42% más seguido y sus estancias hospitalarias son un 50% más prolongadas”, señala el artículo El envejecimiento y el estrés oxidativo, de la Revista Cubana de Investigaciones Biomédicas.

Sin embargo, hay formas de mitigar los efectos del envejecimiento, uno de los secretos para ello se encuentra en el poder de los antioxidantes, estas sustancias químicas que ayudan a proteger nuestras células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables generadas en nuestro cuerpo debido a diversos factores, como la exposición al sol, la contaminación, el tabaquismo y el estrés. Estos radicales libres pueden dañar las células sanas y acelerar el proceso de envejecimiento, así como aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las enfermedades cardíacas.

El doctor Jeffrey Blumberg, jefe del Antioxidant Research Lab en el Departamento Jean Mayer de Estados Unidos, explica que la evidencia es muy convincente, aunque no definitiva, “a medida que usted aumenta su consumo de ciertos antioxidantes, también aumentan los beneficios”.

Pero además, la Wester New York Urology Associates publicó un artículo llamado Antioxidantes: ¿Son un antídoto para el envejecimiento?, en el que señalan los hallazgos positivos de estas sustancias y donde revelaron que en un estudio que involucró a 30,000 participantes en China demostró que “durante el período de 5 años, los participantes que recibieron un complemento diario que contenía vitamina E, selenio y betacaroteno tuvieron un índice de cáncer un 13% menor que aquellos que recibieron un placebo”.

En el mismo artículo se añade que en “Estados Unidos, un estudio de 1,795 enfermeras que tenían un historial de problemas cardíacos mostró que aquellas enfermeras que consumían mayores cantidades de vitaminas C y E y betacaroteno presentaron la mayor mejoría cardíaca y redujeron sus probabilidades de sufrir mayor daño cardíaco”. Sin embargo, el doctor Blumberg advierte que las investigaciones están en progreso.

Estas sustancias se encuentran en una variedad de alimentos, especialmente en frutas y verduras coloridas. Algunos de los más comunes incluyen vitamina C, vitamina E, betacarotenos, flavonoides y selenio, estos se encuentran en alimentos como bayas, cítricos, nueces, espinacas, zanahorias y tomates. Además de los alimentos, los antioxidantes también se encuentran en bebidas como el té verde y el vino tinto. Así pues, la próxima vez que elijas tus alimentos, recuerda optar por aquellos ricos en antioxidantes para disfrutar de una vida larga, saludable y llena de vitalidad.

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